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«SimetrÃa no es un buen sitio para vivir. Sus calles rezuman decadencia y depravación. Muchos piensan que fue el grado de corrupción moral que alcanzaron sus habitantes lo que provocó el maremoto que escindió la ciudad de la penÃnsula a la que pertenecÃa. Alejada asà de cualquier otra civilización, lentamente a la deriva por el océano, SimetrÃa se ha convertido en un crisol de horrores. Una tierra maldita donde es legÃtimo dar rienda suelta a las más oscuras bajezas, y donde sobrevivir es un estilo de vida.»
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